Vivimos en una sociedad cuya cultura y hábitos sociales esquiva el tema ”muerte”.
Es una cuestión sobre la que preferimos no hablar, sobre la que no recibimos formación, una cuestión para la cual no se nos prepara y sin embargo, es algo por lo que vamos a pasar todos. En algún momento de nuestras vidas vamos a perder seres queridos y nos vamos a tener que encontrar cara a cara con las consecuencias de esa tragedia.
Y por una regla de tres simple, cuantos más seres queridos tengamos, más veces podremos encontrarnos en esa situación.
Tal y como queremos a nuestros perros y los sentimientos que compartimos y tenemos gracias a ellos, también nos encontraremos con la muerte el día que nuestro mejor amigo nos abandone.
- TEMA TABÚ
Probablemente falte abordar desde la infancia este tema, desde el colegio, desde la familia, desde la cultura…
Probablemente falte la construcción de unas herramientas psicológicas que nos permitan enfrentarnos a esos momentos de una manera menos dramática, o tal vez con una visión más natural o cercana que nos permita gestionar esos momentos de la forma menos mala posible.
Sin esa formación, sin esas herramientas, la muerte es un tema tabú en nuestra sociedad y en nuestro día a día. Es un tema de conversación que preferimos evitar.
- ESPERANZA DE VIDA
La esperanza de vida de un perro es inversamente proporcional a su talla.
Aunque no existen las matemáticas en este tema y hay condicionantes y situaciones excepcionales que pueden variar la estadística, podríamos hablar de unas esperanzas de vida media asociadas a razas de perros.
Así podríamos calcular unos 9 años para un Terranova, 12 años para un Pastor Alemán, 14 años para un Border Collie, o 16 años para un Chihuahua.
- CAUSAS
Podemos diferenciar dos tipos de pérdida:
- Hay una situación excepcional en la que el perro muere joven. Podría ser un atropello, una enfermedad grave, etc.
- Y el otro tipo sería por vejez.
Cuando llega esta última etapa nos podemos encontrar con escenas muy duras, donde sean necesarios tratamientos importantes, donde pueden aparecer disfunciones físicas o mentales, dónde nos enfrentamos a intervenciones agresivas, a situaciones económicas que nos cueste afrontar, etc.
- EUTANASIA, ¿CUANDO?
En gran parte de las ocasiones nos vamos a encontrar de frente con esta pregunta: ¿Cuándo es el momento?
Nuestra cabeza se debatirá entre no dejar sufrir al perro y la angustia que pasaremos si lo dejemos ir. Buscaremos esperanza donde no la hay, nos agarraremos a clavos ardiendo, rezaremos y haremos lo que sea antes de tomar la decisión.
Tal vez para saber cuándo es el momento podamos ser fieles a esta frase: “Vida digna, muerte digna”.
Lo que podríamos traducir en: mientras los medicamentos permitan tener una vida digna el momento no habrá llegado, pero cuando los medicamentos no eviten el sufrimiento de nuestro compañero, será el momento de no dejarle sufrir y dejar que continúe su camino.
- ETAPAS DEL DUELO
Aunque todas las personas somos diferentes y gestionamos nuestras emociones de formas diferentes, podemos destacar algunas etapas muy comunes:
- Dolor: Las personas más afectivas y sensibles podemos sentir que nos arrancan el corazón, que nos quema el pecho, se nos anuda la garganta y la cabeza no quiere seguir trabajando.
- Impotencia: La sensación de que tu mejor amigo, ese compañero de viaje, ese confidente íntimo esté sufriendo y tú no puedes hacer nada para evitarlo. Esa sensación es desoladora.
- Rabia: También puede aparecer este sentimiento, tal vez porque veamos injusticias, tal vez porque nos coja en un mal momento…
- Culpabilidad: El subconsciente va por libre. Y en estas situaciones se suele esforzar en hacernos sentir culpables por decisiones, cuidados, etc.… de modo que si hemos hecho cuanto ha estado en nuestra mano, al subconsciente le escucharemos poco o nada.
- Resignación: Hay un momento en el que aparece la resignación. Un momento en el que aceptamos nuestra nueva realidad. Es ese momento en el que vamos aceptando el cambio de ciclo nuestra vida, dejando los momentos más dramáticos y el dolor más agudo atrás.
- Aceptación: De alguna manera esta es una etapa bonita, ya que las últimas imágenes, esas imágenes tan feas de la última fase, van dejando paso a las imágenes reales de lo que fuimos en vida, al tiempo de convivencia juntos, a momentos puntuales, miradas cómplices, experiencias y en definitiva, a la esencia de lo que fuimos en vida.
- Satisfacción o culpa: Esto ya dependerá de lo que hayamos hecho en vida. Dependerá de si hemos sido buenos propietarios o malos. Si decidimos invertir tiempo de calidad en nuestro compañero o lo tuvimos aparcado como una moto vieja.
- OTRO PERRO
¿Cuándo es el momento de incorporar otro perro nuestra vida?.
- Mientras aún tenemos otro: Esta es una posibilidad. Si nuestro primer perro es equilibrado, también nos ayudará en la educación de segundo perro, al tiempo que el segundo perro puede devolverle una parte de la energía a un perro más mayor. Si por el contrario tenemos un perro que no goza de un buen equilibrio emocional o tiene conductas indeseadas, es mejor no traer otro perro ya que por aprendizaje patrón, lo más probable es que tengamos dos desequilibrados.
- Después de que muera el que tengo: Esta es la otra posibilidad. Nuestro subconsciente puede hacernos creer que por meter un nuevo cachorro en casa nos estamos deshaciendo de nuestro compañero, siendo este un argumento para esperar a perder a nuestro primer perro, nada más lejos de la realidad. Por otra parte, debemos tener en cuenta que un nuevo perro jamás reemplazará al anterior. No será igual, no se parecerá y será totalmente injusto que los comparemos. Debemos tener claro que será otro ciclo de nuestra vida totalmente nuevo y estar abiertos a disfrutar de este nuevo ciclo con un nuevo compañero de aventuras.
El tiempo que transcurra hasta que estemos preparados para introducir un nuevo miembro en nuestras vidas es totalmente personal. Y así como nos habrá pasado por la cabeza no tener más perros para evitarnos este sufrimiento, también recordaremos que nuestros momentos más felices han sido con un perro al lado.
RESUMEN
Todos los que tenemos perro lo vamos a perder. Cuantos más años cumplimos y más perros tenemos, más compañeros vamos dejando en el camino y más corazones rotos con ellos.
No debemos tener miedo ni vergüenza a hablar de este tema, a compartir experiencias, a escuchar, empatizar, aprender, enseñar, soltar lastre…. No se trata de que estemos todos los días hablando de un tema tan desagradable, pero sí que sepamos que va a llegar y dentro de lo posible, ser conscientes de aspectos que se han tocado en este artículo.
Por todo esto, compañeros, debemos disfrutar de cada día con nuestros perros, esa es la mayor lección que ellos nos dan a nosotros.
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