¿Mascotas sueltas o atadas?

¿Dejar a tu perro sin correa o mantenerlo siempre atado? Este es uno de los dilemas que más divide opiniones entre los propietarios de perros, quienes no los tienen y diferentes colectivos que comparten espacios públicos. Aunque puede parecer una decisión personal, las implicaciones de seguridad, respeto y convivencia son mucho más amplias de lo que pensamos.

Uno de los aspectos más importantes para garantizar que tu perro se comporte de manera adecuada en espacios públicos es la educación. Un perro bien educado sabe cómo comportarse ante diferentes estímulos, como otros perros, personas o ruidos inesperados. Es aquí donde un curso de educación canina puede marcar la diferencia. En estos cursos, los propietarios aprenden a enseñar a sus perros a mantenerse tranquilos, respetar los límites y, sobre todo, garantizar su seguridad. Además, un perro bien socializado es menos probable que cause problemas al estar suelto, lo que contribuye a una convivencia más armónica en la ciudad y otros entornos.

1. Mascotas sueltas
Pensar que se deben habilitar espacios únicamente para perros suena bastante egoísta. En España hay unos 30 millones de mascotas, de las cuales unos 9 millones son perros.

2. Derechos
“Tus derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás”: esta es la regla general para poder convivir plenamente todos los derechos humanos.

3. Seguridad
Muy frecuentemente vemos a dueños pasear con sus perros sueltos por la ciudad confiando en que no va pasar nada. Si preguntamos a los veterinarios nos contarán casos de atropellos que se dan todos los días.
Existen otros riesgos de seguridad para nuestros perros, enumerarlos llevaría un listado enorme, así que apelamos al sentido común.

4. Perros con problemas
Hay perros que pueden sentir pánico por distintos motivos, perros que pueden reaccionar con mucha agresividad y por eso pasean de correa, perros en post operatorio que han salido a hacer sus necesidades aún con puntos de alguna cirugía, perros con problemas físicos, en terapia, en rehabilitación…

5. Perros de trabajo
Perros detectores de estupefacientes, perros de salvamento y rescate, y uno de los casos más delicados, perros lazarillo.
Estos perros deben entrenar y prepararse para desempeñar sus funciones sociales. Cada vez que un perro descontrolado de un dueño irrespetuoso le invade, le está perjudicando y en el caso de un perro lazarillo, podría estar poniendo en riesgo la vida de su dueño.

6. Peleas
Enfrentamientos, roces, cicatrices, amputaciones y muerte, acompañados de discusiones, amenazas, tensión, situaciones dramáticas, miedo, impotencia, frustración y desesperación.
Los veterinarios nos pueden dar testimonio de la cantidad de estas situaciones que se dan día a día.

7. Atropellos y pérdidas
Estamos acostumbrados a ver todos los días anuncios del tipo “se busca” o “perro perdido”. En la gran mayoría de ocasiones el perro estaba suelto, es decir, descontrolado. Incluso se ha puesto de moda el famoso GPS para perros, siendo una gran herramienta de localización, que debe su éxito (en gran parte) a la falta de control (compromiso, educación, empatía, responsabilidad) de los dueños.
Y lamentablemente, otro escenario común es el de los veterinarios atendiendo a perros atropellados. En el 99% de los casos los perros iban sueltos = descontrolados.

8. Envenenamiento
Unos se producen de manera intencionada por personas maliciosas dejando en las zonas de paso de los perros comida con veneno, en ocasiones con alfileres, etc.
Pero otros envenenamientos se dan de forma casual por ingerir sustancias nocivas para el perro, sin que haya premeditación de terceros.

9. Ejercicio
Un perro necesita hacer ejercicio, exactamente igual que nosotros. Ese ejercicio puede ser intenso o puede ser moderado. El mejor ejercicio del mundo es un buen paseo, siendo algo que está en nuestra mano, que podemos hacer de correa y para lo que no necesitamos infraestructuras específicas.
Áreas municipales específicas o pertenecer a algún centro canino deportivo son muy buenas opciones.

10. Socialización
La socialización consiste en adaptar a un individuo a las normas de comportamiento social.
Un perro bien socializado será capaz de cruzarse con otros perros sin necesidad de interactuar con ellos, será capaz de tolerar el ruido y el movimiento de niños, bicicletas, coches, será capaz de permanecer tranquilo junto a ti mientras te tomas un café en una terraza rodeada de balones, será capaz de naturalizar ruidos del día a día, manipulaciones veterinarias, etc…

11. Administración
Para poder coexistir las administraciones regulan normas para vehículos, para personas y también para perros. En casi todos los núcleos urbanos llevar al perro suelto conlleva una sanción administrativa.

12. Perros urbanos
El paso a las ciudades y a nuestros estilos de vida sedentarios provocan que esos instintos no puedan ser desarrollados y queden comprimidos, derivando esto en perros confundidos, tristes, ansiosos, y un montón de sentimientos y situaciones que derivan en problemas de comportamiento para nosotros.

13.El campo y el monte
Más allá del respeto y cumplimiento de normativas, conviene pensar en primera instancia en la seguridad de nuestro perro, sabiendo que conocemos numerosos casos en los que perros han chupado una procesionaria, necrosando su lengua con un final de amputación, sabemos de casos de espigas introduciéndose en el cuerpo desde diferentes puntos de entrada, envenenamientos, infecciones, desprendimientos por barrancos o agujeros no previstos, pérdida, atropello…

14. ¿Siempre atado?
No, no estamos diciendo que el perro deba estar siempre atado.
Hemos hablado de seguridad, de educación, de respeto, de empatía, de socialización, de normativas y de diferentes aspectos que tienen que ver con nuestro estilo de vida y nuestro día a día.
Podremos soltar al perro todos los días, en espacios controlados, que sean seguros, que estén permitidos, donde no molestemos a los demás…

15. Áreas para perros
El aumento de población canina en las áreas urbanas, debe llevar una actuación y regulación administrativa, en forma de “pipi cans” cada poco espacio distribuidos en la superficie de la población, zonas verdes reguladas y protegidas donde poder atender las necesidades de los perros, etc.

Conclusión
Soltar la correa del perro implica una pérdida de control inmediata. Por tanto, se debe hacer contemplando la seguridad de nuestro perro desde todos los puntos de vista posibles, además de hacerlo con educación y respeto hacia los demás, dando ejemplo de buenas formas y ayudando a mejorar la reputación del colectivo de “perreros”.