Todas nuestras rutinas se van a ver modificadas en vacaciones, y si bien la mayor parte de propietarios tienen claro que vayan a donde vayan lo van a hacer con su perro, también hay propietarios que se plantean actividades o viajes donde el perro les supone un trastorno.
En este artículo tocamos 10 puntos a considerar.
10 Claves para unas vacaciones perfectas con tu compañero canino
1.Ya tenías las vacaciones concertadas
Si adquirimos un perro justo antes de irnos de vacaciones, lo mejor que podemos hacer es llevarlo con nosotros. Esto puede condicionar un poco nuestros planes, pero seguro que en el mayor porcentaje de casos cabe la posibilidad de adaptarnos. Solamente si es una situación excepcional y resulta imposible llevarse al cachorro, valoraremos recogerlo del criador unos días más tarde, o buscar una estancia para esos días que me ofrezca garantías y seguridad.
2. Llevarlo o no llevarlo
¿Qué te gustaría que tu familia hiciese contigo cuando se van de vacaciones: que te llevasen con ellos o que te dejasen al margen? Para los que deciden un tipo de vacaciones en los que su perro no tiene cabida pero no quieren deshacerse de él, existen alternativas para hospedarlo temporalmente. Y para el resto, la gran mayoría gracias a Dios, la mejor opción es llevarlo con nosotros. Esto supondrá adaptar nuestras vacaciones en varios aspectos, incluyendo actividades como el agility canino, que pueden ser una forma divertida y estimulante de disfrutar del tiempo juntos.
3.Transportes públicos
Hoy día existe la posibilidad de transportar perros en casi todos los medios de transporte públicos, ya sean aviones, barcos, trenes… Otro tema aparte es si estamos dispuestos a correr los riesgos de los métodos disponibles. Pautas que podemos seguir es elegir un buen transportín, homologado y del tamaño correcto para nuestro perro. Asegurarnos justo antes de iniciar el viaje que el perro se encuentra en ese vehículo y que está instalado correctamente, con el personal de mantenimiento o ayuda de la compañía. Nada más llegar a destino asegurarnos que nos entregan al perro de forma prioritaria antes de cometer un error. Si el viaje es muy largo (barco, etc), deberíamos poder asistir a nuestro perro de forma periódica para que haga sus necesidades, se estire y pueda beber agua. Igualmente, antes de emprender el viaje atenderemos a nuestro perro para que tenga la oportunidad de hacer pis y beber agua justo antes de embarcar. También podremos comentar con nuestro veterinario el tipo de viaje que vamos a hacer, por si nos aconseja algún tipo de relajante suave.
4.En coche
Si el viaje lo vamos hacer con nuestro coche, mejor:
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- Que viaje en un buen transportín a su medida y bien anclado.
- Que tenga paso de aire constante o que el equipaje no bloquee ese flujo.
- Antes de emprender el viaje le ofreceremos la posibilidad de hacer sus necesidades así como de beber agua.
- Si durante el trayecto hace calor deberíamos asegurarnos que la temperatura en su estancia es la correcta. Puede haber diferencia de temperaturas en nuestro asiento y en su transportín.
- Al igual que nosotros necesitamos descansar cuando conducimos, sacaremos al perro en todas nuestras paradas para que estire las patas, pueda hacer un pis y beber agua.
- Si vamos a hacer una parada más larga y dejar al perro en el coche, nos aseguraremos de que esté bien ventilado y en constante vigilancia. Si por el contrario hace un día caluroso, de ninguna manera lo dejaremos en el vehículo.
- Según el ADAC alemán el método más seguro de viaje en coche es llevando nuestro perro en un buen transportín fijado en el maletero.
5.Lugares Pet Friendly
Numerosos hoteles, campings y centros admiten mascotas y nos ofrecen una alternativa para viajar con ellas. Incluso muchos parques temáticos y similares disponen de servicios de custodia canina que podemos contratar.
Aparte de nuestro calendario de vacunas y desparasitación habitual, podemos encontrarnos con situaciones concretas, sobre todo si viajamos a otros países. En cualquier caso, quien mejor nos puede asesorar es nuestro veterinario, que cuenta con los canales adecuados de información.
Podemos repartir nuestro tiempo, teniendo momentos de paseo con nuestros perros, momentos de piscina con nuestros hijos, comidas y cenas con amigos, visitas culturales y de ocio, etc… Con una buena organización hay tiempo para todos y vacaciones para todos. La educación canina que demos a nuestro perro también jugará un papel fundamental en estas rutinas, ya que un perro bien educado se adaptará con más facilidad a los cambios propios de las vacaciones.
Es importante que a lo largo del año el perro esté acostumbrado a realizar diferentes actividades con nosotros, así como a pasar unas cuantas horas al día solo en casa. Esto acercará más sus rutinas diarias a las rutinas vacacionales, al tiempo que tendrá una mayor capacidad de adaptarse a diferentes situaciones nuevas.
A la hora de buscar un hotel canino para nuestra mascota podemos valorar las instalaciones generales, los habitáculos donde vaya a pasar la mayor parte del día nuestro perro, que tenga sombra en verano y un techo en invierno, tal vez una cámara IP donde pueda conectarme con mi móvil en cualquier momento esté dónde esté, climatización, protocolos de limpieza, área de esparcimiento y rutinas del personal con los perros, seguridad nocturna, etc. Recomendamos llevar nuestra propia alimentación y especificar con los responsables las rutinas que queremos para nuestro perro, para ver si ese es el centro o no que estamos buscando.
Uno de los motivos de abandono son las vacaciones. Gente que no quiere llevarse al perro con ellos y que tampoco están dispuesta a pagar su estancia en un hotel canino. Desde nuestro punto de vista, no hay excusa ni justificación alguna para abandonar un perro, para desestimar una vida, para jugar con los sentimientos de un ser vivo que te ha querido y que gracias a ti no tendrá un futuro. Abandonar un perro es un acto de crueldad y de desprecio a la vida. Es un acto miserable y ruin, qué define cómo es la persona capaz de hacerlo.
En resumen, existen un montón de posibilidades a la hora de programar las vacaciones con nuestro perro. Todo es cuestión de programarse e investigar las opciones locales de nuestro destino. Debemos cuidar también el viaje de nuestro perro con todos los aspectos que le rodean. Contar con nuestro veterinario por si nos hace alguna recomendación específica. Combinar nuestras actividades con y sin perros y establecer rutinas que favorezcan la buena adaptación del perro. Y si debemos dejar al perro hospedado en un hotel canino, buscar aquel que se adapte mejor a nuestras necesidades, gustos y/o criterios.